Luis Campos
09-09-21 – 09-10-21
Exhibition
Praga 35, col. Juárez CDMX
Oficio de tinieblas o lo bonito de escribir para colegas
Mi labor en este texto de ninguna manera es explicar a Luis Campos ni enmarcar su obra académicamente, que en mi caso sería una lectura al estilo academia trasnochada o de quinta, al no ostentar ningún título que me acredite como tal. Me avala la ficción y la paja teórica de una comunidad que tiene especial afición por la justificación discursiva. Tampoco pretendo entender su obra o hacerla didáctica para un público en general, porque este texto habla de creencias, específicamente de la fe, aunque aún no me decido entre: ¿otra vez tener fe? ¿volver a creer? o ¿cómo tener fe?. Además de los ejercicios de corte religioso anteriormente propuestos, me gustaría hablar de lo que se me apareció alrededor de su obra. No necesariamente me refiero a invocaciones, sino a un ejercicio de libre traducción de ciertos espectros que subyacen en las tinieblas de las piezas aquí dispuestas. Me gusta pensar en la obra de Campos como un ejercicio de opacidad, intuyo, voluntaria. Por eso me gusta escribir para otrxs artistxs, porque no nos debemos nada, sino que asumimos de manera silenciosa que tenemos que creer los unxs en los otrxs, aunque pareciera que la mayoría de las veces sólo nos reconocemos entre quienes consideramos afines o lo suficientemente deseables para merecer una mirada.
Cuando entré al estudio de Luis hace unas semanas, había entrañas regadas por todos lados, entrañas nocturnas, para ser más específica. Como si alguien o algo hubiera entrado a ese taller con la panza abierta y sólo se hubieran quedado impregnadas las vísceras. Y el cuerpo a las cuales estaban pegadas originalmente, hubiera sido escondido. Además de que puedo mirar una evolución en las tripas que han habitado en su obra desde siempre, es decir, las entrañas noctámbulas tan características de su obra gráfica, que ahora son exhibidas en otros formatos. Puedo observar objetos que funcionan como una suerte de instructivo musical. En ellos, subyacen algunos procesos artísticos autodidactas, que, sospecho, provienen de una educación artística que se sostiene más sobre Youtube que de alguna institución nacional de arte. Estos tutoriales auditivos no son explicativos, o al menos no aparentemente, lo que confirma que a la obra aquí dispuesta no le gusta hablar ni justificarse, como si estuviera animada pero no fuera humana. Esculturas democráticas que conectan el barro a unas bocinas, cables que se encuentran con botitas y armaduras en grafito, son sólo algunos elementos de esta instalación en donde nunca termina el intestino grueso… en vez de una exhibición compuesta de órganos corporales separados o autónomos.
¿Por qué el título va en inglés? le pregunté a Campos, la primera vez que hablamos. No me respondió directamente a la pregunta, sino que apeló a la musicalidad epistemológica que otorgan las traducciones. He buscado en mis notas porque estoy casi segura que apunté su respuesta exacta, pero eso ahorita no importa, porque no encontrarla afirma la obsesión del artista con el desasosiego. Pareciera que sus imágenes barrocas lo que desean ocultar, es su propio deseo animal por producir desde la indeterminación atravesada por el insomnio crónico del artista. Eso también me hizo pensar en cuando me quedé sola con uno de sus cuadros, una pintura gigante que reposaba en la sala de Antonella. Él -me atrevería a decir que esa pintura es masculina- y yo, nos empezamos a ver, y ese guey comenzó a sacarse los órganos pictóricos frente a mí, esa pintura era testigo y lo sabía. Las piezas de Campos observan a escondidas detrás de los bastidores, mientras se escuchan algunas pistas detectivescas en los audios de la música y tutoriales-escultura que ayudarán a sus pinturas a mostrarse vulnerables. Otra suerte de entrañas al descubierto.
Estás viendo y no ves, pues. Eso siento cuando veo la obra aquí dispuesta. O que las piezas me anda pendejeando o que siempre hay imágenes escondidas que se irán develando a su voluntad. Una exposición que economiza sus propios secretos. Algo inteligente en un país que se vuelve más explícito por segundo. Entonces ahí comienzo a creer. Mi fe aparece ante lo que intuyo, pero no puedo ver.
Que muera la búsqueda de pureza en el arte.
Yours truly,
Paloma Contreras Lomas
Septiembre 2021
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